La tiara

Ahí va la de la Tiara!, gritaba una nena. Forjada de la mano de una marica, esa tiara me empezó a acompañar a  marchas de los travesticidios y transfemicidios. Escuché también algunas compañeras gritarme gorda ridícula, quizás ellas no comprendan el crear tus propios símbolos de lucha y no adoptar los que te imponen, una costumbre que se ha arraigado tanto, incluso que es lo que debemos luchar aún sin ver qué errades están. Surgió la tiara de los sueños de mí niñez, cuando a los cuatro años salía del asilo de Luján y me adoptaba una familia de Barrio Norte en Capital. Mucha soledad burguesa me hizo explorar el vestidor de mamá, su opium color terracota, su peluca corte carré Rubio ceniza de Pozzi y esos labiales de un rojo barroco intenso, glorioso. Y un día esa puerta se cerro, no era un clóset, era toda una habitación donde jugaba con mí femineidad, a los 10 cambié un camioncito eléctrico del Mundo del Juguete por una Barbie articulada, esas de color caramelo y piel siliconada, venía con su caballo articulado tamaño real, la cara del vendedor cuando le dije cambiame el camion por la Barbie amazona!!! Y un dia apareció Linda Carter enfundada en su traje, sus brazaletes, su lazo de Hefestia que compele decir la verdad a los humanos,y esa Tiara heredada de Antiope. Y mí sueño de amazona durmió por décadas, a mis veinte mí despertar identitario emergió (palabra recurrente en mí) y perdí y decidí perder todo aquello que el reino binario ofreció. Y sufrí lo indecible, viví aventuras épicas, que cualquier transgenero o travesti puede contar, pero esas batallas que llevamos escritas en el cuerpo y en el alma en mí necesitaba algo más. Sabía que era una luchadora y recordé como las amazonas portaban tiaras y brazaletes símbolos de lucha y batalla, hoy nosotras no portamos espadas ni escudos, sólo tiaras y brazaletes portaré. Porque si hay algo que aprendí es que la historia travesti tiene algo único, lo épico vivido y la capacidad de adquirir y crear nuestros propios simbolismos, siendo Travazonas en esta humanidad , tan destructiva de si misma y tanta esperanza en nosotras para poder cambiar. Travazona, en el país de nunca jamás @lara_de_themyscira